El estrés en la salud bucodental
El estrés, ese gran problema que sufre mucha parte de la población se desencadena cuando estamos sometidos a una gran tensión nerviosa. Es una respuesta que se genera en el cuerpo ante situaciones complicadas y de gran presión.
La respuesta fisiológica ante este problema es activar el eje hipofisosuprarrenal y el sistema nervioso vegetativo. Todo funciona liberando primero cortisol y andrógenos que van a la sangre. Después se produce una activación segregando catecolaminas que son hormonas encargadas de poner el cuerpo en estado de alerta, conllevando alteraciones.
Aunque hay estrés positivo o agudo para hacer frente a peligros, el problema se da en el negativo o crónico que, prolongado en el tiempo, causa daño físico o psíquico. En la cavidad oral este estrés crónico se relaciona en muchas ocasiones con el bruxismo, la disfunción temporomandibular, la estomatitis aftosa recurrente, herpes labial recurrente y la enfermedad periodontal.
Está comprobado que el estrés causa disminución de la producción de saliva, encargada de ayudar a limpiar los dientes constantemente, lo que conlleva más riesgos para nuestra salud bucal.
Los periodos de estrés generan problemas muy comunes en la boca como las caries, debido al descuido en la limpieza bucal y por una peor alimentación. El otro gran problema son las encías. El enrojecimiento y sangrado pueden derivar en gingivitis y, posteriormente, en periodontitis.
Es por ello que, ante los problemas bucales que puede producir, debemos hacer frente al estrés negativo. La meditación, el yoga, la relajación y el ejercicio físico ayudarán a tomarse las cosas con más calma.
Llevar una buena limpieza y visitar al dentista dos veces al año serán claves para evitar problemas mayores derivados del estrés en la boca.